
La mayoría de las veces los jóvenes
están esperando encontrar a esa persona especial que llene todos sus vacíos e
inconsistencias. La persona que haga su mundo de colores, que brinde todos los
afectos posibles y que además posea las características perfectas, y anheladas
por dicha persona. Sin embargo, son muy pocas las que se han hecho la pregunta
siguiente: Soy la persona especial que alguien desea encontrar para darle sabor
a su vida, para completar sus sueños, para volar hacia el infinito, bueno ya me
puso un poco romanticón, pero seguiré. Pues la respuesta ya la saben, no lo
hacen porque están centrados en ellos mismos, ellos son su mundo, y todo el
universo está girando a su alrededor.
Honestamente mi estimado lector reflexione
cuantas veces te has puesto a pensar si quiera, o realizado algo concretamente
con el propósito de crecer personalmente para ser esa persona idónea, es
probable que ahora mismo haya un silencio, una pausa. Hace un tiempo escuché
una idea interesante para saber si uno estaba listo para asumir una relación y
pensar en el matrimonio. Se trata de responder
a esta no tan simple pregunta: ¿Podrías vivir con alguien que tenga
todas tus características personales al menos por un mes?, estamos hablando de
tu mal humor al levantarte de la cama, al desorden de tu habitación, a que siempre
dejas tirada la ropa, al hecho de que no sueles pagar tus cuentas a tiempo, que
olvidas los compromisos importantes como olvidas hacer las compras de la
cocina. Y que además reniegas por todo, y te pones insoportable cada vez que no
te sale algo bien. Si tu sincera respuesta es un no. Yo te pregunto, como
esperas que alguien te soporte por el resto de la vida, si ni siquiera tú mismo
o tú misma te soportarías, si lo que estas esperando tener es una relación
duradera ya es tiempo de que puedas empezar.
El cómo desarrollar
aquellas habilidades sociales, emocionales, comunicativas, administrativas y
afectivas entre otras están escritas en muchas partes; hay mucha gente que te
dirá como hacerlo. Pero te hará falta algo, que es lo más importante, voluntad para
querer hacerlo, y eso solo proviene de los cielos. “…pues Dios, según su
bondadosa determinación, es quien hace nacer en ustedes los buenos deseos y
quien los ayuda a llevarlos a cabo.” (Fil. 2:13). Sea este el comienzo de un proceso de redefinirte según parámetros divinos;
pues por medio de Jesucristo solo esto será posible.
Mi sentir es que les haya sido de bendición. Hasta la próxima!!